Los nuevos creadores, el mundo digital y el salto internacional de la moda española
El nuevo siglo abre una nueva etapa para una industria de la moda que ya está al alcance de todos: la globalización y el entorno digital hacen necesarias nuevas profesiones en el sector y también nuevos métodos de consumo (e-commerce). Hay una mayor repercusión de los desfiles de la pasarela y Madrid se posiciona en el mapa mundial de la moda.
La inauguración del Museo del Traje el año 2004 marca un hito en la consideración de la moda como un intangible cultural de valor incalculable para un país de profunda raigambre indumentaria como es España. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, custodia un patrimonio que abarca desde el siglo XVII hasta nuestros días, dando valor patrimonial al vestido, tradicional y contemporáneo. La apertura de un museo dedicado a la historia del traje fue vital para acercar a la población una parte desconocida de su cultura.
Otros museos se abren también a ofrecer exposiciones de moda como es el caso del Museo Reina Sofía que en el año 2003 organiza la muestra “Tras el espejo: moda española” y en el año 2004 una exposición sobre la obra de Pertegaz, comisariada por Elio Berhanyer. Esta última, contó con un catálogo con imágenes fotografiadas por Toni Bernard en el que Laura Ponte lucía piezas del Archivo de Pertegaz.
El nuevo milenio empezó con el atentado de las Torres Gemelas en 2001 que impactaron al mundo entero y cuando en el año 2003 David Delfín presentó en Cibeles Coeur des miracles, generó gran polémica al ser acusado de apología al terrorismo, lo que puso de manifiesto por primera vez el poder amplificador de Internet. Estos nuevos creadores, que se caracterizan por sus diseños vanguardistas e intelectuales, de gran talento creativo, no solo desfilan en la pasarela Cibeles, sino también fuera de España. David Delfín desfila en el 2009 en Nueva York, al igual que Carmen March, tanto cuando trabajaba para Pedro del Hierro como de forma independiente.
Amaya Arzuaga, que ya desfilaba en la pasarela de París desde 1994 y en la de Londres desde 1996, también lo hace en Milán en 2004. En el año 2000 abre su primera tienda en Madrid y si bien estos diseñadores tienen sus talleres en la capital, conocen bien la necesidad de estar presente y vender en el extranjero. Arzuaga, con sus diseños vanguardistas intentó introducirse en el sector del lujo, trabajando con materiales nobles y aires londinenses, abriendo tiendas magníficas, pero sin lograr resistir el suficiente tiempo como para asentarse entre una nueva clientela.
En las pasarelas los creadores consagrados coinciden con jóvenes talentos que pugnan por abrirse espacio en el panorama de la capital que les abrirá otras puertas de España y del mundo: Javier Larrainzar, Francis Montesinos, Juan Duyos, Antonio Pernas, Debota y Lomba, Ailanto, Roberto Torretta, Ángel Schlesser, Miguel Palacio, Lemoniez, Jesús del Pozo, Jorge Vázquez, Kina Fernández, Ágatha Ruiz de la Prada, Locking Shocking, Victorio y Lucchino, Alvarado, Juanjo Oliva, Juana Martín, Carlos Díez, Lydia Delgado entre otros, serán los grandes protagonistas de la década.
No hay que olvidar el gran descubrimiento de las licencias como gran herramienta para hacer crecer las ventas de las marcas: perfumes, cosmética, gafas, zapatos, bolsos, marroquinería, ropa de hogar, decoración, regalos de empresa y todo tipo de accesorios significarán una parte muy relevante para las cuentas y la rentabilidad de muchos diseñadores españoles, que no lograrían sobrevivir de otra manera.
En este aspecto destacan Sybilla con su línea de hogar (Sybilla Casa), Ágatha Ruiz de la Prada, también con productos para el hogar y papelería (entre otros), así como Jesús del Pozo, que ya había lanzado su célebre perfume Duende en 1992 de la mano de Perfumes y Diseño y continuaba cosechando éxitos en perfumería, o David Delfín, con sus ilustraciones, el diseño de bolsos o ropa para el hogar. Este las vendía a través de su tienda online, incorporada dentro de su página web.
Cabe destacar la segunda línea de Sybilla,
En el año 2006 la pasarela Cibeles establece una normativa que impide desfilar a modelos excesivamente delgadas: de esta forma adquiere un compromiso social con la imagen que desde los medios de comunicación se ofrece a la sociedad, especialmente a los jóvenes. Cada vez hay mayor conciencia del impacto que la moda y sus representaciones ejercen sobre las personas.
Esta década también fue importante para la moda nupcial gracias al vestido de novia de la reina Letizia, firmado por Manuel Pertegaz. La boda real se celebró en la Catedral de la Almudena en Madrid el 22 de mayo del año 2004 y dicho vestido fue uno de los últimos encargos del modista. De aparente sencillez, en blanco roto y seda natural, destaca por su línea princesa y su cuello chimenea. Su larga cola además estaba decorada con bordados en oro y plata que dibujan flores de Lis (emblema de los Borbones), espigas de trigo (que simbolizan esperanza y abundancia), tréboles (que representan, aparte de suerte, respeto y amor) y madroños (el árbol que se identifica con la ciudad de Madrid). Un vestido atemporal que en palabras de Pertegaz, “tenía que quedar como un documento para la Historia”.
Durante esta década en España, Inditex se convierte en una magnífica escuela no sólo de diseñadores, sino de directivos y profesionales de todos los rangos: la mayor empresa de moda del mundo tiene sede en nuestro país y genera un círculo virtuoso donde se aprende a seguir las tendencias, adaptarse a los mercados y hacer negocios. Muchos jóvenes formados en Zara, Berska, Massimo Dutti o Stradivarius con el paso de los años, crearán sus propios negocios a partir de la experiencia adquirida. España, y Madrid, no podían soñar con un modo mejor de prepararse para el salto internacional.
Diseñar moda ya no es hacer ropa, sino sobre todo vender imagen y construir marca, estableciendo los contactos adecuados, asegurar la producción, fidelizar los canales de venta, estando presente, dejándose ver para lograr convencer, entre el aluvión de posibilidades que surgen cada día en el espacio digital.
El cambio de milenio también trae la revolución de la posibilidad de comprar de forma virtual, a través de Internet. La compra de productos de moda comienza de la mano de portales que compran el stock sobrante a las marcas, para venderlo a precios inferiores a través de distintos formatos. La empresa madrileña BuyVIP comienza a seguir este nuevo método de venta en el año 2006 y lo hace de forma exitosa hasta que el gigante americano Amazon adquiere la empresa.
Al mismo tiempo son años en los que la industria se abre al mercado global a través de la difusión de información en red: las revistas de moda abren sus webs y comienzan a informar sobre moda ofreciendo noticias sobre desfiles, eventos, presentaciones. Las primeras webs de comercio electrónico empiezan a funcionar y surgen las nuevas plataformas de e-commerce, las aplicaciones para móviles y revistas digitales. Esto abre la posibilidad de establecer interacción con los usuarios y un mayor conocimiento de las tendencias urbanas que se empiezan a expandir con mayor rapidez. Surge el fenómeno llamado coolhunting (cazatendencias) y los blogs se convierten en referentes para el estudio de la difusión de la moda.
Por primera vez los consumidores, tienen voz propia para opinar sobre las creaciones de los diseñadores. Lo hacen con éxito y algunos de ellos tienen tantos seguidores, que las marcas les invitan a asistir a sus desfiles: en las primeras filas ya no están las editoras de moda, periodistas o estilistas de las revistas, sino los bloggers que escriben directamente, sin intermediarios, para sus propios lectores. Su poder en ocasiones llega a imponerse por encima de las críticas de los profesionales y las firmas se ven obligadas a prestarles atención.
Con la aparición de las plataformas de intercambio audiovisual YouTube y Vimeo las posibilidades de mostrar la moda en movimiento se incrementan de manera casi infinita. Ese recurso tecnológico hace que despegue una nueva faceta en la comunicación de moda, que se difunde con mayor rapidez y que impulsa la industria con un paso de gigante. En la siguiente década, derivados del trabajo de los bloggers y del fenómeno del street style, surgirán los influencers o presciptores de moda: jóvenes que de forma profesional muestran cómo visten su armario a través de posados intencionalmente naturales.
La crisis económica financiera empujó a muchas marcas españolas recién creadas en la capital como es el caso de El Ganso (2006), Gocco (2000), Vilagallo (1997), Neck & Neck (creada en Málaga en el 2001 pero trasladada al poco tiempo a Madrid), Uno de 50 (1998) a salir al extranjero en búsqueda de nuevos mercados y clientes. Gracias a ese ejercicio, una nueva generación de emprendedores de moda han resistido y perdurado en el tiempo.
La revista MODAES, fundada el año 2009 por Pilar Riaño y Christian de Angelis, supuso un enorme impulso a la industria de la moda española, al profesionalizar la información sobre el sector, aportar transparencia, fomentar la interrelación entre profesionales, abrir horizontes y clarificar problemas y dificultades a los que se enfrenta. Con sede en Barcelona, se presenta como un medio que fomenta el sentido de pertenencia de un sector muy atomizado y necesitado de cohesión. Cada año presentan informes y dossiers en los que resumen y analizan los datos más relevantes de la industria en aquel año.
Los años 2000 fueron, pues, un punto de inflexión para el proceso de internacionalización de la moda española, de la mano de nuestra propia identidad adaptada al nuevo siglo. Es el momento de reformular las claves en el plano creativo, artesanal, comercial e industrial: el gran reto de la marca España, que tiene Madrid como uno de sus centros neurálgicos.