El prêt-à-porter, las boutiques y la prensa de moda
Los años 60 serán el fin de la Edad de Oro de la Alta Costura y Madrid experimenta el inicio de los grandes cambios de las décadas que están por venir, así como la modernización posterior de la capital.
El prêt-à-porter (listo para llevar) llega a España, lo que supuso un conflicto con los grandes creadores. A muchos diseñadores les costó adaptarse a los nuevos tiempos y otros, incluso cierran sus negocios. Aún así, destacan algunos que sobreviven y brillan con luz propia, como es Elio Berhanyer.
Berhanyer expresa muy bien este cambio: “Mi ideal no es -decía- vestir a cuarenta señoras cobrando muy caro sino llegar a conseguir una confección muy refinada y bien hecha que puede marchar, pimpante, por la calle”. Fue el diseñador protagonista de esta década pues, sin alejarse de la Cooperativa, optó por un prêt-à-porter de calidad, con diseños innovadores, muy influenciados por su pasión por la pintura (como se aprecia en el color y geometría de sus diseños), y por modas del momento como fueron la minifalda o la era espacial.
Mi ideal no es vestir a cuarenta señoras cobrando muy caro sino llegar a conseguir una confección muy refinada y bien hecha que puede marchar, pimpante, por la calle”.
En 1963 aparece una revista femenina que será clave para abrir de nuevo la moda internacional a las españolas y formar una cultura de moda moderna, tal y como la conocemos hoy en día: TELVA. Entre su equipo destacan figuras como la primera editora de moda de España Sofía Torga, la periodista Josefina Figueras o Covadonga O’Shea que fue su directora durante 27 años. Al igual que las revistas, las boutiques multimarca trajeron moda extranjera, como Dafnis o Don Carlos, el favorito de la juventud. Otros espacios continúan su actividad hoy en día como Alfaro, fundada en 1926 en la zona de Retiro, Kety Paniagua fundada en 1977 y otras más contemporáneas como Ekseption en 1987 o Árbol en 2014. A pesar de que el modelo de negocio multimarca no es el fuerte de la capital, se debe reconocer su papel relevante por traer lo mejor de las pasarelas internacionales a Madrid.
Fueron tiempos de gran expansión económica, conocidos como el Desarrollismo, con una nueva clase media animada por la revitalización de la economía, en parte gracias al turismo. En 1963 José María Fillol crea el grupo Moda del Sol (1963-2008), la primera marca de ready-to-wear española, que nace para satisfacer los deseos estilísticos de una juventud, que se aleja del estilo de sus padres y busca una moda alegre y desenfadada, en contraste con la Alta Costura.
El nuevo protagonismo de la juventud se personifica en la rebeldía de los “yeyés”, que se pone de manifiesto con diseñadores como Juanjo Rocafort (se autodenominó así mismo el “pionero de la moda joven española”), y fue potenciado con la visita de los Beatles (1965) y de Mary Quant, quien lució su famosa minifalda en un desfile en la embajada inglesa en marzo de 1968, retratada por la fotógrafa Joana Biarnés para el diario Pueblo. También fotografió las nuevas propuestas de Rocafort: la minifalda masculina, participando así de la reconfiguración de la juventud masculina de los años 60 (García Ramos, 2020).
Otras firmas más tradicionales, continúan creciendo, como Loewe, que abre tienda en la Calle Serrano (1959), diseñada por Francisco Javier de Carvajal, otras dos en Londres (1963 y 1969), y se inicia con la indumentaria.
Algunos de los creadores de esta época son Andres Andreu, Josep Ferrer, Antonio Meneses, Esteban Pila, Juan Sevilla, siendo Juanjo Rocafort y Francisco Delgado los que mayor presencia tuvieron en Madrid.
Rocafort (Madrid, 1943) hereda la boutique de sus padres en la esquina de la calle Goya con la de Velázquez y en 1963 abre la suya propia. En 1969 empieza a fabricar prêt-à-porter. Fue un gran innovador con sus mini-pulls, trajes de luces o monos de punto. Trabajó en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, y siempre fue un abanderado de la moda española. Delgado tuvo su tienda en la calle Pintor Fortuny y, a pesar de incorporarse tarde a la Alta Costura, se mantuvo fiel con trajes de fiesta para la aristocracia y gente del espectáculo.
Esta nueva moda viene acompañada de nuevos canales de distribución, las boutiques, y de difusión, las revistas, que se van alejando de la crónica y adoptan un formato más actual, en la línea de las publicaciones internacionales de moda, con un estilo de vida moderno.
Se trataba de traer la novedad, de modernizarse y adaptarse a las tendencias europeas, en un intento de apertura.
Entre las boutiques de la época destaca Dafnis, fundada en Madrid en 1965 por María Rosa Salvador, la “Dama de la moda” como la llamaría la periodista Lola Gavarrón. Su apertura coincide con el cierre de la casa de costura de Flora Villarreal, convirtiéndose así en el nuevo destino de la “alta sociedad madrileña”, con clientas como Isabel Preysler o Carmen Martínez-Bordiu. La otra boutique relevante del momento era Don Carlos y se dirigía a una clientela joven y adinerada que quería seguir las modas del extranjero. Trajo un estilo moderno y fresco, siguiendo los patrones de Londres y una mayor conexión con las vanguardias.
María Rosa viajaba a París para comprar colecciones de grandes casas de costura, llegando a pagar 100.000 pesetas para asistir al desfile de Chanel. Una buyer o acheteur que traía tanto piezas exclusivas de prêt-à-porter (Missoni o Ralph Lauren) como de alta moda (Ungaro, Yves Saint Laurent, o Chanel).
Como se ha mencionado, la labor periodística del momento fue absolutamente transformadora: Sofía Torga, bajo la dirección de Pilar Salcedo primera directora de Telva, fue la primera estilista de moda (fashion editor) en asistir y cubrir los desfiles parisinos. TELVA se diferenciaba de las antiguas revistas como Alta Costura enfocadas a la crónica de moda internacional, con grandes reportajes que desde un principio potenciaron a los creadores españoles frente a los extranjeros.
La década finaliza con dos datos significativos: mayo del 68, protesta por la que Balenciaga pone fin a su carrera, dando lugar al comienzo del fin de la Edad de Oro de la Alta Costura y la llegada del hombre a la luna, lo que suscita un interés por el espacio que se traduce en un nuevo estilo a través de diseñadores españoles como el “parisino” Paco Rabanne y su innovador uso de los metales, así como el ya mencionado, Elio Berhanyer.
Los grandes almacenes también crecerán durante está década. El Corte Inglés inaugura su slogan “Ya es primavera en El Corte Inglés”. A lo largo de la década expande sus sedes y Ramón Areces se convierte en presidente de la compañía tras la muerte de César Rodríguez.
También Galerías Preciados tendría su expansión: absorbió la Casa Jorba en Barcelona, que desde entonces se llamó almaces Jorba y abrió una nueva sede en la plaza de Callao.
Para ser conscientes de la modernidad de TELVA es bueno mencionar que hasta el año 1977 convivió con revistas como Teresa publicación oficial de la Falanje.